PROMETO II

¿Prometes que nunca te irás?
y recorreremos el mundo
por montañas y mares;
a ver otros rostros,
a contar nuestros pasos nocturnos
por las calles vehementes.
Y nunca permitirás
que el miedo me suspenda
o que, las aguas me cubran.

¿Prometes que siempre serás?
En medio de sombras,
diáfano e invencible.
¿Qué siempre estarás?
Como el agua del lago,
como el susurro de las olas.
Que siempre serás real
que podrás conmigo
que no te hundirás;
que siempre me hallarás
al ver que me interno
en callejuelas oscuras,
de callejones sin salida,
de impasibles aceras.
Con tus brazos imbatibles,
que son mi esperanza,
me hallaras y me rodearas,
con tus manos
contrafuerte al anochecer.

Te prometo que siempre estaré
y te guiare de mi mano
por el mundo a que veas
otras lunas, otros mares.

Cuando la hora lo merezca,
nunca permitiré
que el miedo te suspenda
emergeré como contrafuerte
a ellos, y te regalaré
esperanzas y sonrisas
lunas, sol y pelicanos al amanecer.
Realidades y versos,
cuentos al anochecer.
Noches impetuosas
y días verdaderos.

Vendré hoy día;
y mañana, estaré
cuando en menos te lo esperes,
al lado izquierdo de la cama.
Te prometo ser real
y nunca dudes que podré contigo
sonreiré en la densidad de tus miedos
siempre te hallaré y te daré la mano
en medio del fango y la calle más oscura.
Te demostraré que nuestro amor
se impone a todo tiempo, distancia y miedos.