“¿Me podrías indicar hacia donde tengo que ir desde aquí?” - pregunta Alicia.
”Eso depende de a dónde quieras llegar” - responde el gato.
“A mí no me importa demasiado a donde” - dijo Alicia
“En ese caso, da igual hacia donde vayas...” - responde el gato
“... siempre que llegue a alguna parte” - continuó Alicia a modo de explicación
“¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante”
Hoy me percaté que tengo tanto poder de introspección, tanto poder de análisis y mal que bien o bien que mal, tanta reflexión nocturna y por consiguiente, inconsciencia matutina…En noches como está, espinosamente frías, de neblina, de gripe y malestar físico de por medio, se me encogen las ganas infinitas de escribir, pero tras mirar el reloj del móvil y sin pegar un sólo parpado a las 3: 23 AM, se me ocurre que como no escribir esto que soy, esta extraña ausencia de sentimientos nocturnos, de 19 días y 500 noches sin ramalazo anímico intermedio, como no ser esto que soy...Indudablemente los caminos que uno toma por la vida siempre te llevan a un punto o quizá no, porque de tanto andada y tanto mirar los paisajes se desgastan, llega él cuando no ves nada…Porque tarde uno llega a la conclusión que los momentos más intensos fueron vividos con tremenda inocencia y frustrante tibieza, siempre al inicio del camino o al final del antecesor…inofensivas contradicciones que se funden con minutos de culpa y la prolífica auto indulgencia dominguera que permite que los parpados se sometan ante un nuevo amanecer...
”Eso depende de a dónde quieras llegar” - responde el gato.
“A mí no me importa demasiado a donde” - dijo Alicia
“En ese caso, da igual hacia donde vayas...” - responde el gato
“... siempre que llegue a alguna parte” - continuó Alicia a modo de explicación
“¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante”
Hoy me percaté que tengo tanto poder de introspección, tanto poder de análisis y mal que bien o bien que mal, tanta reflexión nocturna y por consiguiente, inconsciencia matutina…En noches como está, espinosamente frías, de neblina, de gripe y malestar físico de por medio, se me encogen las ganas infinitas de escribir, pero tras mirar el reloj del móvil y sin pegar un sólo parpado a las 3: 23 AM, se me ocurre que como no escribir esto que soy, esta extraña ausencia de sentimientos nocturnos, de 19 días y 500 noches sin ramalazo anímico intermedio, como no ser esto que soy...Indudablemente los caminos que uno toma por la vida siempre te llevan a un punto o quizá no, porque de tanto andada y tanto mirar los paisajes se desgastan, llega él cuando no ves nada…Porque tarde uno llega a la conclusión que los momentos más intensos fueron vividos con tremenda inocencia y frustrante tibieza, siempre al inicio del camino o al final del antecesor…inofensivas contradicciones que se funden con minutos de culpa y la prolífica auto indulgencia dominguera que permite que los parpados se sometan ante un nuevo amanecer...
Psta. Un no tan viejo amigo de canto, siempre me recalca que no entiende lo que escribo, esta tarde le puedo decir, que yo tampoco...
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