sábado, 17 de septiembre de 2016

FINALES TRISTES

Nadie nos dijo que el camino fuera fácil, previsible y sin dolor; y que la tristeza fuera el telonero de un cambio a mejor…Desde niña canalicé, mis sentimientos, a través de las letras. Siempre fueron mis mejores aliadas…Hoy, regreso a ellas, con la visita de un conocido huésped, familiar, amigo; sé que soy una ingrata…hasta con ellas…un largo, oportuno y conciso, DEBERÍA….
Iniciar de cero…tarea difícil…siempre, o casi, siempre…
Realmente no sé cómo iniciar, supongo que la fluidez se me ha oxidado…No se me habría ocurrido auto definirme como lunática, aún, consciente de mis tendencias erróneas y extravagantes…Sin embargo, sí he de ser sincera conmigo misma, lo admito. Plenamente consciente del pésimo marketing que conlleva. Ahondando en mis definiciones, el punto no ha sido mi deliberada auto deficiencia de cordura. El verdadero trasfondo es el efecto cuando, esta atribución, llega de la mano de “aquel”, “aquel” que tu mente, deseo y razón representó ese valor agregado que carecen los otros 3,700millones de hombres que merodean este mundo…Extremista? Limitado? y Absurdo, no? Lunática…en todo el amplio contexto de su significado…
Como todo lo relacionado a Kafka, a esa oscuridad incomprensible y agria desazón, es extrañamente particular que un corto relato me haya llevado años reseñarlo. Ahora lo comprendo, asumo, que instintivamente  esperé darle una re interpretación adulta y razonable. O quizá, también, pasó tiempo suficiente; y siempre termina siendo mejor, voltear la mirada al vecino cautivo que hacer introspección... Recuerdo, que cuando inicié este blog, internet era un mundo ajeno. Diferente. Escribir en la red no era una manera de llamar la atención, mejor dicho, escribir significaba lanzar un mensaje en una botella en alta mar. Podría naufragar o atracar en un puerto del que jamás habías oído hablar. En unos años todo cambió; la botella y el mensaje se perdieron y la red se enfocó en la personificación individualista como una gran vitrina en la que todo el mundo, repito, todo el mundo, compite para llamar la atención…Pero, yo nunca me he sentido verdaderamente parte de nada, y no puedo sino sentirme ajena a un lugar así. ¿Es realmente tan fascinante pensar que cualquier individuo puede espectar tu vida? ¿No era mejor pensar que todos somos un secreto a descubrir?....
En fin, El Buitre, nada tan oportuno y escueto, además de ser un compilado de ideas básicas expuestas con estilo narrativo; es un cuento que nos lleva al extremo brutal de la obra Kafkiana. Nos lleva al límite de lo que es sólo y expresamente, existir. Estar y no estar, es un espacio y tiempo determinado; inescrupulosamente, sin formar parte de ambos. Quizá, lo realmente fascinante de este relato, es como el existir en su forma más sutil y adaptable, para algunos, se transforma en la inacción e imposibilidad de asumir no sólo el rumbo de su propia vida, sino más bien, de las consecuencias que su aparición fortuita por la tierra origina. Ser un sujeto y no un objeto.
“Erase un buitre que me picoteaba los pies. Ya había desgarrado los zapatos y las medias y ahora me picoteaba los pies. Siempre tiraba un picotazo, volaba en círculos inquietos alrededor y luego proseguía su obra. Pasó un señor, nos miró un rato y me preguntó por qué toleraba yo al buitre. “
Iniciando, estamos advertidos a un principio, intermedio y final espasmódicos, a los resultados de una vida contemplativa, perceptiva y penosamente receptiva. A la búsqueda inconsciente de una responsabilidad transferida a un tercero que les brinde sentido, sensaciones, sentimientos, soluciones plausibles a su vida…Esta mezcla de interpretaciones sólo son la punta del iceberg de esta obra , porque conforme penetramos a ese mundo oscuro nos encontramos, además, con una amplia personificación de verdugos propios y citadinos que con ímpetu sólo acechan el momento de dar el zarpazo final. Sea favorable o en contra….      
PD. Extinguiendo los sueños de cualquier razón que me excedió, Agosto, me devoró y escupió mis huesos…Me encontró herida, cansada y desesperada, y profetizado, años pasados,  sin los ojos secos….
Si quieres el arco iris debes enfrentar la lluvia. Amén.

1 comentario:

Alonso Calhin Guerra dijo...

Amen. Reseñando a Kafka, Palomino?
Qué oscuridad, sin lugar a duda! A quién lo atañemos?

Salud desde tardes otoñales!