Nadie nos dijo que el camino fuera fácil, previsible y sin
dolor; y que la tristeza fuera el telonero de un cambio a mejor…Desde niña
canalicé, mis sentimientos, a través de las letras. Siempre fueron mis mejores
aliadas…Hoy, regreso a ellas, con la visita de un conocido huésped, familiar,
amigo; sé que soy una ingrata…hasta con ellas…un largo, oportuno y conciso,
DEBERÍA….
Iniciar de cero…tarea difícil…siempre,
o casi, siempre…
Realmente no sé cómo iniciar,
supongo que la fluidez se me ha oxidado…No se me habría ocurrido auto definirme
como lunática, aún, consciente de mis tendencias erróneas y extravagantes…Sin
embargo, sí he de ser sincera conmigo misma, lo admito. Plenamente consciente
del pésimo marketing que conlleva. Ahondando en mis definiciones, el punto no
ha sido mi deliberada auto deficiencia de cordura. El verdadero trasfondo es el
efecto cuando, esta atribución, llega de la mano de “aquel”, “aquel” que tu mente,
deseo y razón representó ese valor agregado que carecen los otros 3,700millones
de hombres que merodean este mundo…Extremista? Limitado? y Absurdo, no?
Lunática…en todo el amplio contexto de su significado…
Como todo lo relacionado a Kafka,
a esa oscuridad incomprensible y agria desazón, es extrañamente particular que
un corto relato me haya llevado años reseñarlo. Ahora lo comprendo, asumo, que instintivamente
esperé darle una re interpretación
adulta y razonable. O quizá, también, pasó tiempo suficiente; y siempre termina siendo mejor, voltear la mirada al vecino cautivo que hacer introspección... Recuerdo, que cuando
inicié este blog, internet era un mundo ajeno. Diferente. Escribir en la red no
era una manera de llamar la atención, mejor dicho, escribir significaba lanzar
un mensaje en una botella en alta mar. Podría naufragar o atracar en un puerto
del que jamás habías oído hablar. En unos años todo cambió; la botella y el
mensaje se perdieron y la red se enfocó en la personificación individualista
como una gran vitrina en la que todo el mundo, repito, todo el mundo, compite
para llamar la atención…Pero, yo nunca me he sentido verdaderamente parte de
nada, y no puedo sino sentirme ajena a un lugar así. ¿Es realmente tan
fascinante pensar que cualquier individuo puede espectar tu vida? ¿No era mejor
pensar que todos somos un secreto a descubrir?....
En fin, El Buitre, nada tan oportuno y escueto, además de ser un compilado de ideas básicas expuestas
con estilo narrativo; es un cuento que nos lleva al extremo brutal de la obra
Kafkiana. Nos lleva al límite de lo que es sólo y expresamente, existir. Estar y
no estar, es un espacio y tiempo determinado; inescrupulosamente, sin formar
parte de ambos. Quizá, lo realmente fascinante de este relato, es como el
existir en su forma más sutil y adaptable, para algunos, se transforma en la
inacción e imposibilidad de asumir no sólo el rumbo de su propia vida, sino más
bien, de las consecuencias que su aparición fortuita por la tierra origina. Ser
un sujeto y no un objeto.
“Erase un buitre que me picoteaba los pies. Ya había desgarrado los
zapatos y las medias y ahora me picoteaba los pies. Siempre tiraba un picotazo,
volaba en círculos inquietos alrededor y luego proseguía su obra. Pasó un señor,
nos miró un rato y me preguntó por qué toleraba yo al buitre. “
Iniciando, estamos advertidos a
un principio, intermedio y final espasmódicos, a los resultados de una vida
contemplativa, perceptiva y penosamente receptiva. A la búsqueda inconsciente de
una responsabilidad transferida a un tercero que les brinde sentido, sensaciones,
sentimientos, soluciones plausibles a su vida…Esta mezcla de interpretaciones
sólo son la punta del iceberg de esta obra , porque conforme penetramos
a ese mundo oscuro nos encontramos, además, con una amplia personificación de
verdugos propios y citadinos que con ímpetu sólo acechan el momento de dar el zarpazo
final. Sea favorable o en contra….
PD. Extinguiendo los sueños de
cualquier razón que me excedió, Agosto, me devoró y escupió mis huesos…Me
encontró herida, cansada y desesperada, y profetizado, años pasados, sin los ojos secos….
Si quieres el arco iris debes
enfrentar la lluvia. Amén.
1 comentario:
Amen. Reseñando a Kafka, Palomino?
Qué oscuridad, sin lugar a duda! A quién lo atañemos?
Salud desde tardes otoñales!
Publicar un comentario