martes, 17 de agosto de 2010

NOCHES DE DUNAS...Y AGOSTO.

Agosto me vigila desde sus cenizas, me despierta en la madrugada desde que era niña, me sorprende, me descubre y siempre, pero siempre gana.
Cuando me pilla a tu lado, creyendo en el ritual de las cenizas y las noches en vela y la belleza nocturna. ..El tiempo, siempre, nos descubre ante nosotros como somos finalmente; el tiempo y la noche, y el día también, que con su luz nos desnuda fatal e irreversiblemente…
Un instante de deseo, un mal camino, y mi cuerpo que no obedece al deseo, la desesperanza que no encuentra más remedio; y me pregunto, si a ti los finales te parecieron siempre tan eternos….No hay nada después de la oscuridad, nada; tú lo dijiste, y me pregunto, si te preguntas si soy normal, si en esta madrugada existo realmente…
Hoy te confieso, que nadie mereció tantas oportunidades de renacimiento; en cambio a mí, en la verdadera oscuridad de lo concreto no me queda más que aferrarme a agosto y al invierno, que desluce mis pensamientos, que sueña con una noche de verano eterno frente a un mar soñoliento y apagar los sueños de cualquier razón que nos exceda, mantenerse cuerdo; aunque la tierra nos devore y agosto escupa nuestros huesos. Que nos encuentre heridos, cansados y desesperados pero con los ojos secos.

2 comentarios:

Alonso Calhin Guerra dijo...

Muchas cosas que decir y que imaginar, en distancia, claro Gabriela Palomino. El hecho de conceptuar los sentimientos y la noche van cambiando, acaso pastillas de amnesia en pre feriadoos?

Anónimo dijo...

hablas d deseo, pero sabes q es el deseo?