miércoles, 26 de mayo de 2010

CELEBRACIONES

Las decepciones no duran demasiado cuando uno sopesa la realidad del momento y se dice "no merece pena"…Conforme la noche va adueñándose de las esquinas, mientras te pienso y rebusco en momentos, entiendo finalmente que no tenemos canciones, ni armaduras, ni facetas, ni recuerdos. Que no hay formas de salvar caídas…

La verdad es que no podría amarte, nunca más. Y la verdad, también, es que si no dijera, no sabría como brindarte las partes de mi a las que tengo tanto miedo…Por eso me embarga el silencio, frente a un mar claro, bajo un cielo radiante; y te atreverías siquiera a preguntar qué tengo….Quisiera que desvelaras mis pensamientos, hasta los más obscuros, y evitar tus preguntas, y evitar mirarte como hoy te miro, como nunca pensé…No me obligues a decir a destiempo, cuando la marea ya golpeó la roca y erosiono mis contornos; no me obligues a sentir el amor que inventas por las noches, porque realmente no me alcanza para huir de mis pesadillas y enfrentar la realidad…Recógeme en un cuento de media noche, en una canción desconocida, en un final inesperado… Hoy quiero viajar sin llevar conmigo lo importante…Y de todo lo que, siempre cargo, es justamente lo que nunca dejo. Preferiría no tomar nada, dejarlo todo en la habitación. Viajar liviana, libre, en blanco, en cero; empezar de nuevo…sin saber exactamente a dónde quiero ir, o cómo solucionaré la ausencia de las cosas con las que me he acostumbrado a vivir, en un prolongado general…

He de decir que a pesar de las líneas, estoy contenta; nunca voy a dejar de creer que la vida es una especie de máquina tele transportadora de emociones, que trabaja en lapsos instantáneos…Estas dos últimas semanas, la he denominado la de las cenas y celebraciones; y no he podido ser más original, porque nada acontecía mejor. Así es, como, desde el martes hasta el domingo descafeinado no han dejado de agasajarme por mi cumpleaños veinteavo; pero ha sido el viernes, un día revelador, una cena en la que no he dejado de sorprenderme con el correr de los minutos, saborear un vino que no disfrutaba desde los 23 (en las bodas de oro de mis abuelos); volver a nombrar a Goya –después de unos meses en el Medievo-; beber café tras el vino de los 23…a las 6 AM!...Y pasar un domingo tendida en la cima de una duna, comiendo pasa bocas con una pizca de arena. Reafirmando que la vida es la vida, y que siempre los sucesos acontecen aleatoriamente, con causa y efecto; a pesar que al principio no los comprendamos, con el paso de los días abres los ojos a un mundo distinto. Realmente, que todo fin es un principio y a menudo una oportunidad mejor…

Hoy, tras los pasa boca con arena y definiciones confusas de Prufrock. No he podido dejar de sentirme la más afortunada, es por eso, que siempre agradeceré:
A mi princesa egipcia de hojarasca, a mi inimitable tijita, a mi maestra del violín y hoy, a ti, el caballero innoble de aguas marconiences y del ve tú a verme en el pueblo de m en el que me he metido…

1 comentario:

Alonso Calhin Guerra dijo...

Primero. No puedo dejar de preguntarme como puedes recordar tan perfectamente el vino de la boda de oro de tus abuelos y haberlo reconocido. Segundo. Lo del café, fue una extravagancia. tercero y último. Que no tenías que ventilar lo del pueblo de M...........................
Jejeje ahora estoy seguro que estas contenta de que nos hayamos vuelto a encontrar. Tras tus lunas y tus pasos de las luciernagas.
..........................................Por qué no seguimos celebrando tu cumpleaños?