ROSAS, MARIPOSAS, EMOCIONES...!

¡Vaya! Demasiadas emociones como para abandonarme en los brazos de Morfeo. En tanto, me temo que el lado izquierdo de mi cama no anda del todo eficaz. No obstante, confieso que últimamente –y muy justificablemente- pues, me está resultando algo adúltero. Mi lado izquierdo, transcribo.

Dando un principio; hubiera sido poco probable –a estas alturas de la vida y ¡la vida!- llegar a examinar y reconocer tantísimos errores, los míos, claro. Como siempre pienso; grandes y lujosos. Unos, entreviéndolos por allí; otros, gracias a menganita o fulanito de tal y otro tanto, en la clase de psicología de hoy. Ahora, haciendo un paréntesis y con ganas de ufanarme un pelìn, pues, volví a las aulas académicas, esta vez a estudiar: Derecho y Ciencia Políticas, un objetivo que había postergado ya algún tiempo. En fin, hoy, este catedrático -uno de esos tipos que jamás de los jamases se cansan de estudiar-, hablaba sobre la inteligencia emocional y su influencia en cada uno como individuo en la sociedad; el aprendizaje de precisar prioridades, el mirar positivamente hacia el futuro y recomponer los sentimientos negativos antes de que nos dejen caer en ansiedades y depresiones. Definida como; la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas. Sabio ¿no?

Sin lugar a dudas, toda esta síntesis me aclara algunas perspectivas y me deja muy limpia y transparente la afirmación; he sido un tanto intolerante en el transcurso de mi vida. Quizá, algo arbitraria, y ahora sé, que si alguna de esas veces me hubiese detenido unos minutos y cedido algunos centímetros, tal vez y sólo tal vez, mi rumbo sería diferente. Puede que tarde, pero, aun así, no me arrepiento, pues hoy -mi presente, el único tiempo que manejamos- me deja la maravillosa oportunidad de aprender y practicar, sobre todo. No exclusivamente a través del profesor mil títulos, si no, gracias a una de esas personas únicas y muy pero muy especiales; una de esas que uno espera que se queden, pero volvemos que ¡La vida y la vida!

Así, hoy caminaba, - corrigiendo- ya van a dar las cuatro de la mañana. En consecuencia, ayer caminaba de regreso a casa, pensando en cuan desarrollada tendré mi inteligencia lingüística y verbal, tratando de no olvidar que hay dos libros de un tal Goleman que debo comprar, por ende, leer. De manera que entre Goleman, Freud, mis conflictos internos, múltiples, emocional e inteligencia e inteligencia; irrumpí en mi habitación, hallando doce hermosas rosas rojas en mi cama. Gran ayuda de mamá y ¡vaya si necesito a Morfeo!

Gracias, tú y sólo tú sabes porqué -aunque mueras de la vergüenza al leer-.

Psta.- Y por si alguno se pregunta el porquè de la mariposa, fàcil, alguièn por allì me dijo que donde otros veìan un murcièlago, ella veìa una mariposa.