Mañana incierta
que deja estragos,
ganas de nada,
menos de ti.
Todo se acaba
o eso nos dicen,
todo comienza
o eso nos mienten.
Me dejo llevar
de la mano de nadie,
esperando llegar
a ninguna parte.
No quiero llorar
me río de mí.
Tú no te ofendas
no quiero verte más,
deja de mirarme
desde el estúpido cristal.
Ojalá mataran los espejos,
ojalá una sacudida,
rompiera en mil pedazos
mis creencias.
No quiero que me mires
ni que me hables más,
dejaré mis oídos en la mesilla
me ataré a las muñecas.
Una bandada de pájaros
para que me lleven lejos,
para que me deshaga el aire
me comeré a bocados
los pies y las manos
para que no quede más.
Que un tronco sin ramas,
un arbusto en silencio,
una boca sin lengua,
unos ojos sin cuencas.
Me voy a plegar
para no reconocerme.
Voy a meterme doblada
en las últimas páginas
de una vieja enciclopedia
para que sea improbable
que nadie me lea las líneas
de la palma de la mano.
Voy a dejarme olvidada
detrás de un banco cualquiera.
Voy a vender de saldo
lo poco que me queda
y colgaré por fin el cartel:
Hoy estoy cerrada.
martes, 21 de agosto de 2007
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2 comentarios:
¡Muy bueno!
demasiado lirico.
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