jueves, 7 de abril de 2022

Amor

Debo llevar unos 200 años sin escribir y he de confesar que una vez comprado 260 grs de madurez y 170 grs de cordura, las emociones y pasiones que desbordan el alma entran a un plácido lago de nocturna quietud. En mi, claro está...Todos estos años no he podido ser ajena a la evolución de las redes y a la grosera competencia de exposición personal. No tengo Facebook, ni Instagram, ni Twitter. Solo cuento con este viejo blog que, probablemente, ya no lean los 5 gatos pardos asiduos a mis cortos, además, tengo un WhatsApp, en el que de cuando en cuando subo algún estado con el fin que otros disfruten mi "buena música" (algunos que conozco respondería, jaja). En fin! Ahora soy madre, y existen algunos momentos sobre cargados de felicidad que quisiera gritar/compartir a los 4 puntos cardinales del Facebook pero fiel a mis convicciones, mis dedos apagan cualquier gana que los exceda. Alguna vez leía a un sabio de la red decir que no publicaba nada porque lo que a él le hacía Feliz no necesariamente hacia feliz a otro...Amen....Y hoy tras mucho, se me vino a la cabeza este poema, o el inicio de este poema que a tantos hombres dediqué (jajaja, nunca tantos!) y que hoy más que nunca cobra absoluto y sincero sentido....con reales modificaciones y verdadero compromiso...con ganas de compartir, con ganas de plasmar al menos en un espacio que otros no verán pero que quedará grabado en algún lugar de la basta red....

 

Prometo que te guiaré por el mundo, para enseñarte otros ojos, y otros rostros, otras lenguas y otras mentes. 

Otros caminos y otros horizontes...

Otros atardeceres....

Prometo regalarte días vehementes y diferentes, cobigarte en noches serenas, de cuentos y abrazos eternos. 

Prometo devolverte y compartir sonrisas, risas y susurros. 

Prometo ser fuerte en medio de tus miedos, desenvainar mi presta espada y luchar a tu lado todas tus batallas. Te prometo agudizar mis virtudes y re inventar mis constantes, prometo ser la mujer que siempre quise ser, con el único impulso que me llevó a concebir este esfuerzo... Tú.


A mi amado Pancho. 

Todos los caminos que recorrí me trajeron a tí. 

2 comentarios:

Jorge Atarama dijo...

Hola Gabriela, que gusto leerte nuevamente y según veo el tiempo ha nutrido tus afectos y con ello tu escritura. Un saludo de este viejo bloguero que sigue tus escritos desde antaño.

@Igna-Nachodenoche dijo...

¿Te parece poco lo que conservas?
Yo he recuperado alguno mío.
Salud.