OJALÀ...

...las decisiones pudieran ser lógicas, y nadie se quedara atrás.
Ojalá las encrucijadas no lo fueran y los caminos fueran claros y concisos.
Ojalá todo fuera más sencillo, y pudiéramos escribir nuestro propio guión.
Ojalá las noches no fueran noches para unos y días para otros.
Nadie nos dijo que el camino fuera fácil, predecible y sin dolor.
Ni que la alegría pudiera ser incompleta y la tristeza la antesala de un cambio a mejor.

Si hoy me encontrara con una lámpara no dudaría en frotarla, en busca de un genio que me concediera un único deseo...

Así comienza el otoño, con neblinas dolientes, con un precipicio de arrecifes que cuenta vidas, una playa donde hicimos el amor intentando no hacer ruido, un día que pasa entre la ciudad y el campo. Y el mar ya no es el mar de antes, hay cuentos de calor y hay cuentos para el frío y yo no sé cuál soy, y hay recuerdos y hay fantasmas y hay sombras cegando el futuro como la cabeza de un enemigo distraído y estoy yo y están las pesadillas y el ruido del mar a lo lejos del horizonte, me calma como siempre ha hecho, pero ni siquiera su vaivén de arpegios apaga mis gritos por la madrugada cuando me despierto inesperadamente, llevàndome la vida en intentar retener mi sueño, y de volverlo material; pero en cambio es otoño y el océano al recuerdo, me regala una visión, pero se lleva consigo los sueños.